Por Jairo Hernán Díaz Arias
Esta frase la hemos escuchado, pero no se alcanza a imaginar la situación, el escenario.
Este primero de junio comparto con todo respeto y cariño una reflexión, con el único ánimo de convocar a repensar nuestro actuar docente, algunos lo estarán haciendo de maravilla, otros vamos creyendo que lo estamos haciendo de la misma forma.
Llevo más de un año estudiando, consultando, visualizando, escuchando, analizando el futuro de la educación e incluso de la universidad, que parece igual pero no es lo mismo. Y esto lo hago porque es el entorno de la Biblioteca física y digital, y claro, del quehacer desde el punto profesional de quien les escribe. Es como el campo (entorno) donde está sembrado el árbol (La biblioteca), si no tiene los nutrientes, el árbol no da los frutos necesarios, se seca y muere.
Pocas veces ve uno lo contrario, que sea el árbol el que le de vida al entorno; pero solo esta última reflexión, ya empieza a generar preguntas en su cerebro, ¿será esto verdad?
Cada uno de nosotros somos el entorno del CRAI y este es el que aún (no sé hasta cuándo) tiene la “sabia” información de fuentes confiables, ante una inmedible producción de documentos en soportes y medios digitales, con la posibilidad de encontrar autores basados en la realidad o la fantasía.
Lo que se lee y/o escucha deja ver que, aunque aparentemente todo sigue igual en las universidades, no estamos alcanzando a imaginar la situación, el escenario del presente/futuro de la educación, tampoco la estamos vinculando con las tecnologías de todo tipo, incluyendo las emergentes como la I.A.; posiblemente seamos conscientes, pero aparentemente ha podido más la zona de confort en algunos de nosotros.
¿No será hora de que cambiemos algo en el método, sistema, proceso, medición, contenidos o interacción con los estudiantes y las empresas?
Imagine a un CEO diciendo “Houston, tenemos un problema” y no dejarle consultar fuentes de información a quien se espera encuentre soluciones; similar situación en un avión, a pesar de las circunstancias críticas, la lista de chequeo se debe revisar. Que tal el capitán diciendo a 10.00 pies de altura: “no quiero que revise el manual, eso debe saberlo de memoria”.
Desde el CRAI (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación) los invitamos a pensar sobre el actuar en la formación y desarrollo de habilidades, competencias académicas y personales en los estudiantes, para estimular acciones de mejora, impulsando el éxito de ellos basado en un aprendizaje que transforme entornos, que este más ajustado al posible futuro.
El título profesional que aún pesa en algunos países latinos, ya no lo es tanto en otros. Ahora se valora más lo que realmente sabe hacer una persona y lo evidencia, por las redes sociales o por la obtención de micro certificaciones. El MIT (Massachusetts Institute of Technology) contrató hace años para su laboratorio de desarrollo a una persona que no terminó la universidad, pero tenía los conocimientos y experiencia necesarios.
Igualmente, en Europa se han visto limitados para pensar desde la universidad en maestrías o títulos que formen en videojuegos; no existen profesores que lo puedan hacer, porque la mayoría de ellos, de los creadores, jamás pasaron por una universidad, no tienen títulos que les acrediten lo que saben hacer y lo hacen muy bien; allá les ha tocado cambiar la normatividad para poder vincularlos.
Estos hechos anteriores, nos hablan y nosotros deberíamos escuchar, para aprender y actuar. Y una de esas actuaciones está en manos de nosotros bajo esta libertad de cátedra y de acción académica. La teoría y la acción van juntas; por ejemplo, ahora considero una pérdida de tiempo esperar que un estudiante termine sus estudios para medir los logros de su proceso de formación integral en la universidad.
Desde los primeros semestres hasta el último, se deberían mantener acciones de aprendizaje individuales y colaborativas en entornos cercanos a la realidad, fuera del aula o del campus (con los cuidados respectivos); lo que convertirá la teoría en experiencia y validará o no algunos de los contenidos dados, quizá sea la oportunidad para encontrar nuevas formas, métodos o sistemas para obtener los resultados esperados o incluso superiores.
Valoremos la toma de apuntes, la capacidad de explorar, recolectar y analizar la información; el mundo de la educación no es memorístico (quizá en un momento se requería), es algo que Facebook nos ha mostrado cuando por fortuna nos recuerda que alguien está cumpliendo años o nos da la fecha de aniversario. También lo hacen los asistentes en nuestros móviles cuando solo decimos llamar a… sin necesidad de recordar el número de línea, sistemas como Alexa o Google HOME e incluso los avisos personalizados de la compra o el viaje que deseamos hacer en los navegadores o redes sociales. Lastima que aún no nos ayuda con la respuesta a: “amor, mírame, ¿qué me ves diferente?
Soltemos el método tradicional y avancemos con otros tipos de estrategias, por ejemplo, pienso que es ilógico evitar que un estudiante utilice las herramientas tecnológicas y dejarle todo a la memoria, es algo no funcional actualmente.
Tampoco está bien referir siempre bibliografía sobre un contenido específico, aunque en ocasiones puede ser útil, en otras situaciones puede limitar las posibilidades de aprender a buscar, recuperar, curar, validar la información, saber seleccionar fuentes de calidad; opacando las habilidades y capacidades que podría desarrollar gracias al pensamiento crítico, la lectura exploratoria y de descubrimiento vinculada con la red y los contenidos de la biblioteca digital CRAI.
Nuestros estudiantes y profesores, no deberían madrugar siempre para llegar a un aula entre semana o los días sábado; lo deberían hacer para desarrollar, ejecutar, dialogar, imaginar, practicar, descubrir, explorar, aprender, experimentar, resolver problemas, fracasar o lograr avanzar en cada una de las asignaturas que desarrollan; utilizando diferentes escenarios: la calle, el parque, la empresa, la industria, el ventanilla, la venta de dulces, el empleado, el desempleado, el empresario, la construcción, el edificio, en un café, en la finca, la montaña, el rio, el valle, el cultivo, los animales, el hospital, la casa del adulto mayor, en fin, en todos los escenarios que conllevan posibilidades de aprendizaje y conocimiento.
Y los resultados de estas acciones de aprendizaje real, no deberían terminar en una evaluación tipo cuestionario, si en un proyecto, una idea, una solución, una ponencia, el resultado de un experimento; presentada a los compañeros del grupo a través de videos, sitios web, audio; de forma virtual o presencial, individual o grupal, en un foro o diálogo, incluso con estudiantes o profesores de otras facultades si esto fuera necesario.
Quizá esto ayudaría a consolidar el sentimiento de una universidad alegre, donde los estudiantes estén automotivados e integrados, en la cual se disfrute lo que se vino a aprender gracias a los docentes que cambian su actuar para enfocarse en el acompañamiento y no en la evaluación.
Respetados(as), tenemos fe en el nuevo escenario, nuevo rector, vicerrectores, decanos y directores de programas. Toda una oportunidad para repensar desde la docencia nuestro actuar, soltar lo tradicional que ya no sea útil y adaptarnos a los nuevos entornos.
Aprovechemos las TICs para ser eficientes, liberar tiempo para fortalecer el crecimiento personal, profesional y la vida, asunto que nos beneficia a todos.
Pronto tendrá noticias de un evento que desarrollaremos desde el CRAI con el apoyo del señor Rector y vicerrectores, así como otras áreas. Esperamos que sea para algunos de ustedes un inicio de transformación en el cual puedan ver en funcionamiento propuestas que permitan conectar la educación a través de la tecnología con innovación en contenidos y sistemas educativos.
Creemos que, si los identificamos y conocemos, podemos animarnos a usarlos.
Así unimos la I.A con la I.H. (La inteligencia Humana).
Somos parte de un todo: la universidad del Quindío, sus ideas, acciones y experiencias también construyen.
Gracias por leer y aportar.
Paz y Bien.
JHDA
que hermosa reflexion Jairo de verdad una invitacion a ver los cambios como oportunidad de mejora a renovar la mente y transformar la forma como se viene trabajando o realizando ciertas funciones y a estar actualizados ademas de autoaprendizaje continuo para permanecer en un mundo que cada dia se ve forzado a crear e innovar. gracias