Por: Jairo Hernán Díaz Arias (JHDA)
El entorno académico del futuro es digital, en la próxima década las universidades que no se transformen van a desaparecer o quedaran minimizadas ante las nuevas propuestas que ofrecen de forma más flexible e incluso experta acceso al conocimiento.
Esta es una de las muchas conclusiones que he podido crear al ver, estudiar, analizar e investigar la información y el conocimiento generado por expertos a través de ponencias, informes, presentaciones y mesas redondas realizadas en la Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO (WHEC2022) y que tiene como objetivo remodelar las ideas y prácticas en la educación superior para garantizar el desarrollo sostenible del planeta y la humanidad.
Durante el evento no he escuchado en las más de 120 conferencias y actividades, nada relacionado con la biblioteca académica; es decir, ninguno de los expositores en su diálogo sobre el futuro de la educación superior ha tenido la más mínima mirada a esta área, que para algunos es el corazón de la universidad.
¿No les dice nada esto? o será una cuestión como las vitaminas, que solo cuando hacen falta ¿las buscamos?
La Universidad es el entorno de la biblioteca académica, de ahí que estudiar y conocer qué está sucediendo con la educación superior es parte fundamental de la transformación nuestra y de las universidades.
Así lo dice en su investigación la fundación española COTEC para la innovación: “La revolución digital está impactando en nuestra forma de relacionarnos, de aprender y de trabajar, la sociedad se transforma, nuestra vida cotidiana es otra. Este proceso de cambios afecta también al conocimiento, a la manera en que lo generamos, lo compartimos y lo aprovechamos, queremos que la universidad siga siendo un referente prioritario en materia de conocimiento.“
Las universidades y las bibliotecas ¿simplemente quieren sobrevivir o ser relevantes?
Quien no se transforma desaparece, ya lo indicaba en mi ponencia “Adapptarse o desaparecer” presentada en un evento de la “mesa de bibliotecas” en Medellín (Colombia) en el año 2019 y otros países.
Algo no marcha bien en algunas universidades, en sus procesos de enseñanza, aprendizaje e investigación, porque una parte no pequeña de los usuarios (estudiantes y profesores) que tienen excelentes y confiables recursos de información en su biblioteca, no los utiliza; lo que genera una duda en todo el proceso y en especial en el resultado.
No estamos hablando de cualquier biblioteca, lo hacemos desde la biblioteca que se supone tiene “usuarios amarrados” porque pertenecen a una comunidad universitaria, y aunque la mayoría de los profesores gestionan sus sílabos, micro currículos, guías, talleres y otras actividades con la bibliografía existente en la biblioteca académica, su real uso no está siendo el que debería.
¿Estamos analizando la situación?
Bibliotecario: Si lo hace, dialoga u observa a los estudiantes, podrá evidenciar que la biblioteca está llena pero no todos están “consumiendo información de los contenidos de la biblioteca”.
Solo el 20% o 30% lo hace, me refiero a los que van presencialmente o la utilizan de forma virtual. El otro 70% u 80% lo hace, pero para tener acceso a internet, usar las redes sociales o el servicio de WIFI, reunirse con los compañeros para actividades de estudio, elaborar carteleras o presentaciones o simplemente para descansar o incluso dormir.
Profesor: Y en el salón de clase ¿Qué porcentaje de los estudiantes realmente estudia para aprender y cuál simplemente lo hace para presentar las actividades y obtener una nota para su objetivo: graduarse? ¿Realmente tiene usted el perfil y la experiencia para dinamizar al estudiante hacia el éxito de su formación personal y profesional? ¿está generando estrategias diferentes para mejorar el proceso?
Universidad: ¿Cómo está gestionando su presente para dinamizar la educación y la formación que requieren las empresas, la industria y el futuro de la humanidad? ¿Qué tipo de personas (profesores, administrativos, estudiantes y padres de familia) vincula a su institución y cómo lo hace para crear un nivel adecuado de aseguramiento de la calidad en favor de la sociedad? ¿Sobrevivirá o hará parte de las universidades que desaparecerán en el año 2030? ¿Sabe que está sucediendo en los entornos a nivel local, regional, nacional e internacional con los interesados en estudiar o aprender algo?
Todo lo anterior no parece ser una acción de un bibliotecario, de un profesional en ciencias de la información, pero si lo es, no reflexionar y dejar de conocer su entorno es casi una locura, es querer mantener un escenario que ahora no es tan funcional como antes y que requiere transformarse y adaptarse al nuevo entorno. No hacerlo es estar parado en tierra movediza queriendo mantener lo que siempre ha sido así y/o construir lo que no tendrá futuro.
Los invito a seguir https://biblioteca.club/ en el sitio web, el canal de YouTube y en las redes sociales esta secuencia de textos y videos reflexivos y propositivos en el marco del aprendizaje y de estudio del evento más grande de la educación superior en el mundo: Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO (WHEC2022) realizado en mayo 19, 18 y 20 en Barcelona (España). El entorno de la biblioteca, la docencia y la universidad. Mas de 120 eventos que me dieron mucho que aprender y reflexionar.